¿Vale una vida más que otra?

Por: Verónica Pulgar

Esta semana se inició nuevamente en la comisión de la cámara la discusión sobre el proyecto que despenaliza la interrupción del embarazo.

En relación a este tema mucho ya se ha escrito y por eso mismo a través de las presentes líneas trataré de abordar algunas dimensiones más novedosas asociadas a la discusión actual centrada en 3 ejes: caso de violación, inviabilidad del feto y cuando está en riesgo la salud de la madre.

PRIMERA CAUSAL

Para el primer caso, referido a la violación, resulta extremadamente desproporcionado pretender afrontar un drama tan grave como el sufrido por una mujer víctima de este ataque con un crimen todavía mayor al asesinar la vida de un ser totalmente inocente. Hace ya varios años que como país acordamos la abolición de la pena de muerte, sin embargo ahora hay grupos que buscan aplicarla pero no sobre el violador sino sobre un niño ajeno a toda culpa. Que contradicción más grande. No tiene ninguna lógica ni humanidad esta propuesta. Pensemos en las muchas mujeres que por causa de hombres irresponsables, maltratadores, alcohólicos o desequilibrados deben afrontar embarazos solas, o más aún aquellas que tras nacer su hijo son abandonadas… ¿Acaso esas mujeres tendrían el derecho a matar ese niño por la crueldad de su progenitor? No hace mucho tiempo, nos horrorizamos cuando un padre a causa de una supuesta infidelidad de su mujer asesinó a todos sus hijos y luego se suicidó, pero ahora pareciera que no nos escandalizamos de la misma forma cuando algunos piden la aprobación de la pena de muerte para la guagua engendrada resultado de una violación. Ante estos casos debiésemos garantizar el apoyo a la mujer violada, tanto desde su salud como de sus necesidades monetarias, y como sociedad asumir dicho compromiso, pero bajo ninguna circunstancia fomentar un asesinato. Probablemente también debiésemos revisar las penas para los violadores, dando señales claras de punto final a la impunidad, eso es enfrentar bien un problema de manera seria. Todos queremos derrotar la pobreza, pero no por eso vamos a legislar matar a los pobres.

SEGUNDA CAUSAL

Un segundo eje de la discusión ha sido el de la inviabilidad del feto. A este respecto resulta necesario transparentar la discusión, pues muchos califican como ser inviable al niño que en el vientre materno tiene alguna malformación. ¿Es que acaso como país queremos tener el derecho a eliminar a los niños con síndrome de down o con otras características especiales? Ya en el pasado vimos como genocidas en busca de generar una supuesta raza superior mataron a millares de inocentes, so pretexto de decir que dichas personas por sus “características” no merecían vivir. ¿Queremos esto para Chile? Incluso en aquellos casos en los que la ciencia siempre con algún grado de incertidumbre establece la imposibilidad de supervivencia en el tiempo del niño, ¿Estableceremos el derecho a matarlos? ¿Suena lógico que a una persona que se le detecte una afección grave y se le diagnostique una enfermedad terminal pueda ser asesinada por la simple voluntad del Estado o de sus padres? Evidentemente no, es más, los padres en dicha situación hacen siempre el mayor esfuerzo por extender la vida de sus hijos. Que no nos engañen con ideologías o eslóganes esto es genocidio en toda su expresión.

TERCERA CAUSAL

El tercer caso, tremendamente tergiversado es aquel asociado al riesgo de la salud de la madre. Aquí el abuso de lenguaje ha sido total. Por supuesto que actualmente es posible y legal, salvar la vida de la madre aún cuando como consecuencia indirecta de salvarla muera el niño en gestación. En dicho caso no estamos frente a un aborto, sino frente a una muerte por causa indirecta. De manera que no corresponde permitir el Aborto bajo esta argumentación, pues precisamente no se está frente a un aborto.

Una cosa muy distinta, es que utilizando estos casos como nube de humo, se intente disfrazar el deseo de permitir a una mujer abortar argumentando que el embarazo le causaría un daño sicológico o malestares físicos que dañarían su salud. Lamentablemente bajo esta línea argumental situaciones como las descritas podrían legitimarse de aprobar el aborto por “riesgo de la salud de la madre”.

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