Políticamente Inmaculados

Óscar Cárdenas Rossi
Abogado UAH


“Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra” (Juan 8,7)
Así dijo Jesús a las personas que intentaron apedrear a la mujer sorprendida en flagrante adulterio hace ya dos mil años. La frase encuentra sentido por estos días, pues nos encontramos frente a dos años de elecciones para renovar a nuestros representantes, tanto en las Alcaldías como en el Parlamento.

Y dicha frase viene al caso pues últimamente nos encontramos con que mucha gente está buscando la prueba de la blancura en todos los políticos, en el lugar que sea. No faltará el que saque alguna falta que se haya cometido en el colegio. Así vemos historias donde se cuestiona el hecho de una deuda pagada y en la que se discutió al postulante a Contralor General de la República por el año pasado. En otras nos encontramos con situaciones que han ocurrido hace ya más de diez años, en que a una persona por un acto u omisión cometió (sean punibles o no), que al final de cuentas deslegitiman la labor del parlamentario o Alcalde en problemas.

Estamos imbuidos en una espiral de cinismo, en donde pedimos que las personas que nos representen estén políticamente inmaculados, libres de todo pecado. Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato. “No somos como ellos”, reza el slogan de un grupo político que he visto por Facebook. Lo que no saben éstos, es que tarde o temprano, una vez en el poder, éste juega a acomodarse en los asientos, fraguando un poco más de poder, no queriéndose mover de ahí e impidiendo que haya renovación de personas, cuando la nobleza obliga.

La política es el arte de gobernar y como su etimología nos señala, es el arte de analizar los asuntos de la ciudad, de la polis. No podemos exigir políticos inmaculados, que no estén interesados en lo que sucede dentro de su comunidad, que no tienen los pies en la tierra y en el trabajo por los demás. Se requiere de políticos honestos, con consciencia por el Bien Común y no por sus intereses propios.

El hombre es un animal eminentemente político y su ejercicio requiere de un profundo compromiso hacia las personas, sus electores, su comuna o su distrito. Nadie está libre de pecados y los seres humanos cometemos errores. Lo importante es saber reconocerlos a tiempo, tal como lo hizo el diputado Iván Fuentes cuestionado por dineros de su campaña. El cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân (1928-2002), escribió en su tiempo: “Bienaventurado el político que sabe escuchar, que sabe escuchar al pueblo, antes, durante y después de las elecciones; que sabe escuchar la propia conciencia; que sabe escuchar a Dios en la oración. Su actividad brindará certeza, seguridad y eficacia.”

Queremos políticos que se la jueguen de verdad por lo que prometen, siendo transparentes en sus hechos. Esa es la tarea de estos próximos años para volver a confiar.

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