Testimonio de Voluntariado Libres

Por: Verónica Poblete C.

Profesora

Cuando se cree que dar a los demás, sin esperar nada a cambio, es lo más grande que uno puede hacer, resulta ser así y mejor. A pesar de los problemas con los que se carga, sacar lo mejor de sí para darlo a otros, nos hace olvidarlos. Así ha sido el cómo lo he ido viviendo.

Junto a ellos me he llevado grandes sorpresas. He encontrado en los abuelitos mayor ternura y alegría de las que yo tenía para darles. He salido de las visitas con más amor y alegría que con las que llegué. Ellos, diferentes entre sí, pusieron en mi alma y corazón, ternura y cercanía, profunda humanidad; y con gran simplicidad, sembraron grandes cosas en mi alma.

Entre gente tan sencilla pude, incluso, encontrar a un gran amigo, muy valioso, a quien Dios puso en el momento preciso, para darme paz y ejemplo de vida, ya que es un hombre maravilloso. Lo llevo siempre en mis oraciones y sé que él también lo hace por mí. El, durante nuestras conversaciones, me ha dados hermosos mensajes, que han iluminado mi vida desde ese instante.

Deseo, fervientemente, seguir yendo al Hogar y ojalá ustedes se animen a visitar a los abuelitos que ahí viven, ya que mucho podemos aprender de ellos.

 

 

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